Antes de nada aviso que la imagen de este postre no hace honor a lo buena que quedó. Cuando quisé darme cuenta sólo quedaba un trocito, y entre que ni la cámara ni la fotógrafa son buenas....quedó así de mal, pero os aseguro que está ¡buenísima!.
Con ella quiero participar en el sorteo que organiza Esmeralda, del blog
Recelandia. Os animo a participar porque tiene unos regalos estupendos, y porque es divertido hacerlo.
La receta original de esta charlota la he tomado "prestada" de mi querida
Llimaverda, aunque le he dado mi toque especial,je,je.
INGREDIENTES:
- Tortas de bizcocho o soletillas
- 400 mil. de nata líquida
- 150 gr. de chocolate blanco
- 150 gr. de chocolate negro
- 150 gr. de puré de fresas
- 4 hojas de gelatina neutra
- 1 sobre de azúcar avainillado
- 1 sobre de cuajada
- 100 mil. de leche condensada
- 6 soperas cucharadas de leche
PREPARACIÓN:
- Forramos un molde redondo con papel film. A continuación lo recubrimos con las tortas o bizcochos de soletilla.
- Ponemos a fuego suave 200 mil. de nata con el chocolate blanco troceado y el azúcar vainillado, removiendo hasta que se deshaga.
- Disolvemos medio sobre de cuajada con dos cucharadas de leche y cuando la mezcla anterior empiece a hervir lo incorporamos. Seguimos moviendo un par de minutos y retiramos del fuego.
- Lo vertemos sobre la base del bizcocho y dejamos que cuaje.
- Seguidamente trituramos las fresas bien limpias con la leche condensada.
- Hidratamos en agua fría las hojas de gelatina, y las disolvemos en dos cucharadas de leche caliente. Lo agregamos al puré de fresas y vertemos sobre la capa de chocolate blanco que ya se habrá cuajado.
- Por último, preparamos la capa de chocolate negro igual que la de blanco y volvemos a poner sobre el puré de fresas. Cubrimos con los bizcochos formando una tapa y llevamos a la nevera, mejor de un día para otro.